Control de Plagas

El servicio de control de plagas, así denominado de forma tradicional,  es aquel mediante el cual tratamos de erradicar o disminuir en número algún organismo hasta un nivel de seguridad para las personas. 

 

Quizás sería preferible utilizar la denominación CONTROL DE ORGANISMOS NOCIVOS en lugar de control de plagas, y esto es porque el concepto tradicional de plaga no se ajusta completamente a su definición en este campo. 

 

Cuando hablamos de plaga, a nuestra mente llega una imagen de un gran número de individuos de la especie que sea en un mismo lugar.  Sin embargo, un único individuo puede ser considerado plaga dependiendo del lugar donde se encuentre; por ejemplo: un grupo de seis ratas en una red de alcantarillado no debiese considerarse plaga, puesto que es una muy pequeña población para un ámbito tan amplio, e incluso su presencia es beneficiosa para el normal funcionamiento de esta red soterrada, puesto que ayuda a evitar atascos y gestiona residuos orgánicos antes de su llegada a la estación depuradora. No obstante, una garrapata en un quirófano, pese a ser un único individuo si se considera plaga por que el posible daño a las personas es de máxima relevancia.  Por este motivo, personalmente considero preferible, hablar del servicio de Control de Organismos Nocivos en lugar del Control de Plagas.

 

También de forma tradicional, el sector de control de plagas se asocia a la aplicación de productos pesticidas, puesto que supone una importante parte de su actividad; sin embargo desde hace años a nivel mundial, existe una corriente dentro de este sector y en el campo legislativo que lo regula, que trata de orientar las acciones para el control de estos organismos nocivos mediante el empleo de métodos alternativos a los productos químicos, como pueden ser los físicos o biológicos.

 

En el campo del control de plagas o control de organismos nocivos, diferenciamos dos grandes áreas; por un lado aquellas que afectan directamente a las plantas y animales, y por otro lado las que afectan de forma directa al ser humano; hablamos entonces de un grupo relacionado con los fitosanitarios y zoosanitarios, y en el segundo grupo englobamos a los relacionados con la higiene ambiental y la higiene alimentaria. 

Los tratamientos agrícolas y ganaderos tienen como objetivo garantizar el bienestar animal, el éxito de las cosechas y crear una barrera que impida el paso de dolencias zoonóticas al ser humano.

 

Además tratan de garantizar el suministro suficiente de alimentos al mercado y que estos se encuentren en un nivel de salubridad adecuado para el consumo humano y/o animal.  

 

Infelizmente, la actividad humana, una vez más ha demostrado una gran irresponsabilidad a la hora de gestionar el empleo de los producto pesticidas en la agricultura, y un método agrícola inapropiado e insostenible en el tiempo, que ha provocado un exceso de contaminación, la aparición de un gran desequilibrio ambiental que como consecuencia genera la aparición de nuevas plagas, produciendo un ciclo de "plaga - acción correctora - plaga" que de forma directa e indirecta acaba perjudicando al medio y a la salud de las personas.

 

Como ejemplo, siempre se considerará la labor de Rachel Louise Carson (27 de mayo de 1907 - 14 de abril de 1964) bióloga marina y conservacionista estadounidense que, a través de la publicación de Primavera silenciosa en 1962 y otros escritos, denunció públicamente las consecuencias de las aplicaciones con DDT y su consecuencia en la salud de las personas. 

 

En el área del control de plagas a nivel ambiental y alimentario disponemos de tres objetivos clave:

CONTROL DE ROEDORES

DESRATIZACIÓN

CONTROL DE INSECTOS

DESINSECTACIÓN

CONTROL DE MICROORGANISMOS

DESINFECCIÓN